TEATRO ZORRILLA VALLADOLID
Los aplausos al final de la actuación de Manolo Royo con La Revista "Alucinante" fueron compactos, sostenidos y agradecidos.
Le aplaudían como a Plácido Domingo.
L.M. Ágreda. El día de Valladolid. Septiembre 2017.
Los aplausos al final de la actuación de Manolo Royo con La Revista "Alucinante" fueron compactos, sostenidos y agradecidos.
Le aplaudían como a Plácido Domingo.
L.M. Ágreda. El día de Valladolid. Septiembre 2017.
CRÍTICA
En un irrefrenable ataque de ternura, y por supuesto sin su autorización, he sentido el impulso temerario de escribir sobre Manolo Royo.
Manolo, que prescindió del Manuel en cuanto blandió su sonrisa para partirnos la caja sin piedad alguna; aragonés de pro, cómico universal e inventor de una sonrisa para todos; que en algún momento de su infancia allá en Caspe, Zaragoza, decidió sin pensárselo mantener para siempre esa mirada limpia de niño bueno y travieso.
Da la sensación de que mucho antes de ser catapultado a las altas esferas del desatino se atrevió a tomar el camino más difícil: el de dejarse llevar por los rumores del alma, por el espíritu libre de hacer lo que le viene en gana, reduciendo el concepto a dos gestos, a una sonrisa y a un pase de capote delirante, dejando únicamente lo que está ocurriendo, dejando a la vida que sea ella, divertida y absurda cuando no estás pensando en algo, pensando en todo, durante todo el tiempo. Capaz de desternillar simultáneamente a un bebé y a un capitán de infantería, gastando esa cara de asombro que ya es marca de la casa, que no se sabe si es actuada o de alguien al que todavía le sorprende su propio papel en el gran teatro de la vida: el de inventar risas para nosotros.
Humor de elementos puros hasta el minimalismo, brillante por lo sencillo, por su carencia desprovista de pretensión alguna.
Uno se imagina a si mismo compartiendo con Manolo el patio del recreo, porque te transporta a aquellas risas con los compañeros del colegio, cuando la ingenuidad todavía campaba por el ánimo y la vida se vivía momento a momento sin ninguna expectativa.
Se trata probablemente, del auténtico Baumgartner hispano lanzado al vacío con la boina calada, a ver qué pasa, sin más. Porque esto tal vez sea la inteligencia más limpia: la vuelta al origen y a la sencillez, la humanidad al desplegar unos enormes recursos creativos, como quien no quiere la cosa. Lanzarse, y a ver qué sucede.
Miembro por derecho de la enciclopedia “Lideres de Aragón”; artesano por “Oleoductas por Indenpendicitis”; dibujante de viñetas de un minuto; catedrático de Absurdos; Cateto Universal de boina negra con pitorro y payaso superlativo.
David Carrión Alemán. Director de la revista OMNIA. Octubre 2013.
En un irrefrenable ataque de ternura, y por supuesto sin su autorización, he sentido el impulso temerario de escribir sobre Manolo Royo.
Manolo, que prescindió del Manuel en cuanto blandió su sonrisa para partirnos la caja sin piedad alguna; aragonés de pro, cómico universal e inventor de una sonrisa para todos; que en algún momento de su infancia allá en Caspe, Zaragoza, decidió sin pensárselo mantener para siempre esa mirada limpia de niño bueno y travieso.
Da la sensación de que mucho antes de ser catapultado a las altas esferas del desatino se atrevió a tomar el camino más difícil: el de dejarse llevar por los rumores del alma, por el espíritu libre de hacer lo que le viene en gana, reduciendo el concepto a dos gestos, a una sonrisa y a un pase de capote delirante, dejando únicamente lo que está ocurriendo, dejando a la vida que sea ella, divertida y absurda cuando no estás pensando en algo, pensando en todo, durante todo el tiempo. Capaz de desternillar simultáneamente a un bebé y a un capitán de infantería, gastando esa cara de asombro que ya es marca de la casa, que no se sabe si es actuada o de alguien al que todavía le sorprende su propio papel en el gran teatro de la vida: el de inventar risas para nosotros.
Humor de elementos puros hasta el minimalismo, brillante por lo sencillo, por su carencia desprovista de pretensión alguna.
Uno se imagina a si mismo compartiendo con Manolo el patio del recreo, porque te transporta a aquellas risas con los compañeros del colegio, cuando la ingenuidad todavía campaba por el ánimo y la vida se vivía momento a momento sin ninguna expectativa.
Se trata probablemente, del auténtico Baumgartner hispano lanzado al vacío con la boina calada, a ver qué pasa, sin más. Porque esto tal vez sea la inteligencia más limpia: la vuelta al origen y a la sencillez, la humanidad al desplegar unos enormes recursos creativos, como quien no quiere la cosa. Lanzarse, y a ver qué sucede.
Miembro por derecho de la enciclopedia “Lideres de Aragón”; artesano por “Oleoductas por Indenpendicitis”; dibujante de viñetas de un minuto; catedrático de Absurdos; Cateto Universal de boina negra con pitorro y payaso superlativo.
David Carrión Alemán. Director de la revista OMNIA. Octubre 2013.
RNE.
Programa: “No es un día cualquiera”.
Sábado 19/10/13.
Manolo Royo es entrañable y muy querido por el público. Crea sus propios personajes y arquetipos, cosa que está muy bien y que ya no se hace.
No emplea nunca tacos porque sabe que entre su público se encuentran los niños. ¡No es soez nunca!
Fue iniciador, precursor de las actuaciones de los humoristas en los cruceros.
Ninguno de los actuales monologuistas tiene publicado quince libros.
Antonio Fraguas. FORGES
Programa: “No es un día cualquiera”.
Sábado 19/10/13.
Manolo Royo es entrañable y muy querido por el público. Crea sus propios personajes y arquetipos, cosa que está muy bien y que ya no se hace.
No emplea nunca tacos porque sabe que entre su público se encuentran los niños. ¡No es soez nunca!
Fue iniciador, precursor de las actuaciones de los humoristas en los cruceros.
Ninguno de los actuales monologuistas tiene publicado quince libros.
Antonio Fraguas. FORGES
Solo hay dos tipos de humor, el bueno y el malo. Manolo Royo hace el bueno.
Todo un Clásico del Humor en el buen sentido.
Juan Carlos Ortega
Todo un Clásico del Humor en el buen sentido.
Juan Carlos Ortega
Manolo Royo. Es de lo bueno, lo mejor.
Noviembre 2013. Estrella Díaz (Staff Eventos)
Noviembre 2013. Estrella Díaz (Staff Eventos)
Carlos Galindo. ABC
Manolo Royo. La sensación de que para reírse y pasárselo bien debe ser a condición de soltar por la boca una sarta de palabras soeces, chascarrillos de mal gusto e insultos directos a personajes conocidos, se pierde al presenciar la actuación de Manolo Royo, muy conocido por el público madrileño y del público en general por sus actuaciones, presenta su espectáculo "Aquí no pasa nada", y lo único que ocurre es que los espectadores no paran de reírse a lo largo de las casi dos horas que dura el "show". Tanto, que la noche de la presentación una parte del público le dijo que parara su constante ir y venir por el escenario para poder reponerse de las constantes carcajadas que provocaba. Y sólo con contar chistes y anécdotas banales, que provocaban, a la vez, la evasión de la mente de los muchos problemas que afectan a la vida diaria del ciudadano. Y además, Manolo Royo canta, y lo hace muy bien. Imita en voz y estilo a otros intérpretes de reconocida solvencia, que van desde Julio Iglesias a Plácido Domingo, pasando por Alberto Cortez, Joan Manuel Serrat, Sergio Dalma o Dyango, aunque por estilo y potencia bien podría ser él mismo quien pusiera su voz sin imitaciones.
Manolo Royo. La sensación de que para reírse y pasárselo bien debe ser a condición de soltar por la boca una sarta de palabras soeces, chascarrillos de mal gusto e insultos directos a personajes conocidos, se pierde al presenciar la actuación de Manolo Royo, muy conocido por el público madrileño y del público en general por sus actuaciones, presenta su espectáculo "Aquí no pasa nada", y lo único que ocurre es que los espectadores no paran de reírse a lo largo de las casi dos horas que dura el "show". Tanto, que la noche de la presentación una parte del público le dijo que parara su constante ir y venir por el escenario para poder reponerse de las constantes carcajadas que provocaba. Y sólo con contar chistes y anécdotas banales, que provocaban, a la vez, la evasión de la mente de los muchos problemas que afectan a la vida diaria del ciudadano. Y además, Manolo Royo canta, y lo hace muy bien. Imita en voz y estilo a otros intérpretes de reconocida solvencia, que van desde Julio Iglesias a Plácido Domingo, pasando por Alberto Cortez, Joan Manuel Serrat, Sergio Dalma o Dyango, aunque por estilo y potencia bien podría ser él mismo quien pusiera su voz sin imitaciones.
P. Javaloyes GÚIA DEL OCIO
Lleva en la profesión haciendo reír desde 1969. Manolo Royo es de esos artistas que se sienten más cómodos actuando ante 20 personas que delante de una cámara donde misteriosamente se esconden millones de miradas que el artista no puede sentir. Pero también ocurre lo mismo en el caso contrario. A Manolo Royo, como a casi cualquier artista, se le tiene que sentir en directo. Entonces es cuando se le disfruta de verdad. Su espectáculo es tan sencillo como complicado. No existe más decorado que un micrófono, su mímica y su voz. Y nada más complicado que ir llenando es vacío escenario de una hora y media de humor, canciones e improvisación.
El escreto de sus espectáculos: improvisación, humor directo y una complicidad con el público muy sugerente.
Lleva en la profesión haciendo reír desde 1969. Manolo Royo es de esos artistas que se sienten más cómodos actuando ante 20 personas que delante de una cámara donde misteriosamente se esconden millones de miradas que el artista no puede sentir. Pero también ocurre lo mismo en el caso contrario. A Manolo Royo, como a casi cualquier artista, se le tiene que sentir en directo. Entonces es cuando se le disfruta de verdad. Su espectáculo es tan sencillo como complicado. No existe más decorado que un micrófono, su mímica y su voz. Y nada más complicado que ir llenando es vacío escenario de una hora y media de humor, canciones e improvisación.
El escreto de sus espectáculos: improvisación, humor directo y una complicidad con el público muy sugerente.
El diccionario de la Lengua Española define el humor como: Genio, índole disposición de ánimo cuando se expresa exteriormente, jovialidad, agudeza, estado afectivo que se mantiene por algún tiempo. Así es y así eres Manolo Royo, un estado de ánimo jovial, alegre, que comunica a los demás vitalidad, que levanta el ánimo a los que están decaídos y que con afabilidad, con afecto, con respeto, se entrega a este racimo de valores y hace ennoblecer al prójimo y regalarles sonrisas tan necesarias siempre.
Claro, entiendo que tu humor sea bienintencionado, respetuoso y siempre de muy buen gusto. Comenzaste aprendiendo de los payasos pero, ¡Qué payasos! Los hermanos Tonetti del Circo Atlas y debutaste con ellos. Los recuerdo y añoro. Sus ingeniosas bromas, sus tiernas miradas, su forma sencilla y espontánea de divertir a los espectadores que llenaban siempre las gradas y que tu seguiste sus huellas sin necesitar pintar tu cara de blanco, ni vestirte de lentejuelas, sin ser Augusto sino simplemente y llanamente Manolo Royo. Ahí están tus raíces y por eso no necesitas la burda palabra ni la grosería para hacer reír, sino tu serena expresión, la viveza de tus ojos y el tono y la capacidad inteligente de reflejar encuentros o situaciones en esa variedad humana que es la vida o la sociedad y tu sacas lo insólito y lo festivo del personaje o de la pareja, o del encuentro. Harto difícil pero que en ti y dicho y escrito por ti parece fácil.
Insisto, perteneces, y es un enorme privilegio, a los Augustos que crearon ese mundo mágico del payaso o "clown" y lo haces sin pista circense, solo con un micrófono y otros veces con un bolígrafo y folios.
Duplícate querido y admirado Manolo, para que esta sociedad cubra el vacío de sonrisas con la complacencia de tu humor.
¡Gracias por hacer felices a los demás! ¡Muchas gracias!
Paco Cecilio. Dedicado en Radio Inter
Claro, entiendo que tu humor sea bienintencionado, respetuoso y siempre de muy buen gusto. Comenzaste aprendiendo de los payasos pero, ¡Qué payasos! Los hermanos Tonetti del Circo Atlas y debutaste con ellos. Los recuerdo y añoro. Sus ingeniosas bromas, sus tiernas miradas, su forma sencilla y espontánea de divertir a los espectadores que llenaban siempre las gradas y que tu seguiste sus huellas sin necesitar pintar tu cara de blanco, ni vestirte de lentejuelas, sin ser Augusto sino simplemente y llanamente Manolo Royo. Ahí están tus raíces y por eso no necesitas la burda palabra ni la grosería para hacer reír, sino tu serena expresión, la viveza de tus ojos y el tono y la capacidad inteligente de reflejar encuentros o situaciones en esa variedad humana que es la vida o la sociedad y tu sacas lo insólito y lo festivo del personaje o de la pareja, o del encuentro. Harto difícil pero que en ti y dicho y escrito por ti parece fácil.
Insisto, perteneces, y es un enorme privilegio, a los Augustos que crearon ese mundo mágico del payaso o "clown" y lo haces sin pista circense, solo con un micrófono y otros veces con un bolígrafo y folios.
Duplícate querido y admirado Manolo, para que esta sociedad cubra el vacío de sonrisas con la complacencia de tu humor.
¡Gracias por hacer felices a los demás! ¡Muchas gracias!
Paco Cecilio. Dedicado en Radio Inter
El humor limpio de Manolo Royo
Un año más, y para celebrar las fiestas de San Lorenzo 2010, asistí a la cita obligada en mi agenda, Huesca...
Mi presencia en el Olimpia oscense era nada más y nada menos, que para presencia de la revista en la cual participaba mi amigo MANOLO ROYO.
En esta ocasión el productor del espectáculo Luis Pardos le puso por título ¡Siempre la Revista con Manolo Royo!
Si bien la Revista estuvo a la altura de lo que suele circular por España (que es bien poco) y que gracias a valientes como Pardos se mantiene, en la cual destaca el conocido actor Luis Calderón y la vedette Claire Simpson, un magnifico ballet contorsionista.
Una vez que la revista prácticamente había consumido algo más de 70 minutos, irrumpió en el escenario el humorista, cómico, monologuista, actor, escritor, cantante y mejor persona....
Manolo Royo (que lógicamente, el público asistente que llenaba el teatro por completo no necesitaba que le hicieran grandes presentaciones, porque había acudido a verle).
Con un espectáculo renovado y adaptado a la actualidad (como siempre suele hacer), consiguió hacer vibrar a los ochocientos espectadores del Olympia con su limpio humor, sin tener que utilizar los temas de la política o motivos que ofendan a sensibilidades, religiosas, etc. etc.
A Manolo Royo le sobran ideas como para no cae en la fácil trampa en los que muchos "cómicos y humoristas" utilizan en sus espectáculos para conseguir la risa fácil o el aplauso forzado.
Manolo ROYO un caspolino que se siente y practica el aragonesismo vaya donde vaya y esté donde esté, sabe preparar sus espectáculos que con su "simple" presencia llena cualquier escenario sin necesidad de ningún tipo de aditivo o acompañamiento.
Un fresco, ágil y actual espectáculo es el que nos presente Manolo ROYO en el escenario de teatros, auditorios, fiestas y convenciones sabiendo usar un lenguaje próximo y de fácil entender para los asistentes y adaptando mucho su guión básico al lugar en el que se encuentra.
En Aragón y en toda España nos podemos sentir orgullosos de tener a Manolo ROYO como un referente del humor inteligente y bien hecho, tan solo comparable a un buen amigo también del abajo firmante como es Pedro Ruiz, ambos humoristas y actores, nunca se han dejado utilizar por políticas partidistas sean del color que sean y aunque a veces les haya podido costar mas de un disgusto.
Les recomiendo que cuando vean anunciado en los carteles o en prensa, televisión o escuchen por la radio que Manolo ROYO actúa en algún punto de la geografía, y les sea posible asistir, no se pierdan bajo ningún concepto, me lo agradecerán.
Estoy seguro que los oscenses y los que estuvimos en el Teatro Olympia recordaremos el muy acertado espectáculo de Manuel ROYO, un maño de corazón con una visión abierta y globalizada.
Cosme García i Mir.
Periodista radiofónico.
Un año más, y para celebrar las fiestas de San Lorenzo 2010, asistí a la cita obligada en mi agenda, Huesca...
Mi presencia en el Olimpia oscense era nada más y nada menos, que para presencia de la revista en la cual participaba mi amigo MANOLO ROYO.
En esta ocasión el productor del espectáculo Luis Pardos le puso por título ¡Siempre la Revista con Manolo Royo!
Si bien la Revista estuvo a la altura de lo que suele circular por España (que es bien poco) y que gracias a valientes como Pardos se mantiene, en la cual destaca el conocido actor Luis Calderón y la vedette Claire Simpson, un magnifico ballet contorsionista.
Una vez que la revista prácticamente había consumido algo más de 70 minutos, irrumpió en el escenario el humorista, cómico, monologuista, actor, escritor, cantante y mejor persona....
Manolo Royo (que lógicamente, el público asistente que llenaba el teatro por completo no necesitaba que le hicieran grandes presentaciones, porque había acudido a verle).
Con un espectáculo renovado y adaptado a la actualidad (como siempre suele hacer), consiguió hacer vibrar a los ochocientos espectadores del Olympia con su limpio humor, sin tener que utilizar los temas de la política o motivos que ofendan a sensibilidades, religiosas, etc. etc.
A Manolo Royo le sobran ideas como para no cae en la fácil trampa en los que muchos "cómicos y humoristas" utilizan en sus espectáculos para conseguir la risa fácil o el aplauso forzado.
Manolo ROYO un caspolino que se siente y practica el aragonesismo vaya donde vaya y esté donde esté, sabe preparar sus espectáculos que con su "simple" presencia llena cualquier escenario sin necesidad de ningún tipo de aditivo o acompañamiento.
Un fresco, ágil y actual espectáculo es el que nos presente Manolo ROYO en el escenario de teatros, auditorios, fiestas y convenciones sabiendo usar un lenguaje próximo y de fácil entender para los asistentes y adaptando mucho su guión básico al lugar en el que se encuentra.
En Aragón y en toda España nos podemos sentir orgullosos de tener a Manolo ROYO como un referente del humor inteligente y bien hecho, tan solo comparable a un buen amigo también del abajo firmante como es Pedro Ruiz, ambos humoristas y actores, nunca se han dejado utilizar por políticas partidistas sean del color que sean y aunque a veces les haya podido costar mas de un disgusto.
Les recomiendo que cuando vean anunciado en los carteles o en prensa, televisión o escuchen por la radio que Manolo ROYO actúa en algún punto de la geografía, y les sea posible asistir, no se pierdan bajo ningún concepto, me lo agradecerán.
Estoy seguro que los oscenses y los que estuvimos en el Teatro Olympia recordaremos el muy acertado espectáculo de Manuel ROYO, un maño de corazón con una visión abierta y globalizada.
Cosme García i Mir.
Periodista radiofónico.